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La ONU del “bienestar”, otro ridículo de quien empobrece a México

Jorge Hidalgo Lugo

Con el cinismo le caracteriza y sin rubor alguno, Andrés Manuel López Obrador propuso que su proyecto populista sea adoptado a nivel mundial al solicitar en la Organización de las Naciones Unidas, se le quite dinero a los ricos para entregar a los desprotegidos como fórmula mágica para garantizar mejores niveles de seguridad mundial, vendiendo así su fracasado modelo que en México arroja al menos 7.3 por ciento de crecimiento en la población que ha pasado de clase media a pobreza y pobreza extrema en lo que va de su mandato.

Convencido que los líderes mundiales le van a creer en sus falacias, López Obrador anunció que México presentará un Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar para apoyar a 750 millones de pobres, lo que se lograría aplicando un impuesto de 4 por ciento a las mil personas más ricas del planeta y a las mil corporaciones más importantes, además del 0.2 por ciento del Producto Interno Bruto de quienes integran el G20.

Con esta fórmula surgida de su populista imaginación se contaría con un fondo de un billón de dólares a entregar de manera directa, sin intermediarios, a los menesterosos que sobreviven en el planeta y con ello el combate a la seguridad estaría lejos del uso de violencia y de combates frontales contra los criminales que hoy son azote en muchos países, México entre ellos.

En pocas palabras, el mesiánico representante de México en ese foro internacional, buscó vender el proyecto populista que en tres años de su gestión ha demostrado el rotundo fracaso que representa si se toma en cuenta que la pobreza en estos tres años de su errático mandato, ha crecido a niveles superiores que cuando el neoliberalismo que tanto escozor le provoca, estaba vigente.

Así ante la comunidad de naciones que congregan la ONU, López Obrador buscó engañar con el petate del muerto sin despegarse de la mortaja, que en su sexenio de pesadilla demuestra cómo el crimen organizado no sólo anda suelto y sin freno alguno, sembrando terror y bañando de sangre al país, de lo que Michoacán no es ajeno y ahí están los testimonios en Tierra Caliente, el oriente y ciudades como Morelia, Zamora, Uruapan, La Piedad, Zitácuaro, Sahuayo, Jiquilpan y Jacona, por citar sólo algunas.

En esta pretensión que planteó López Obrador en busca de engatusar al mundo, no mencionó que en lo que va de este gobierno federal, tres millones 800 mil mexicanos ingresaron a la estadística como nuevos pobres, y que de esa cantidad, 55 por ciento, pasó a ser extremadamente pobre.

Omitió impunemente citar que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) presentó resultados de su medición de pobreza en México el pasado agosto donde expuso con claridad que la población en penuria que hay en en el país creció un 7.3 por ciento.

López Obrador no recapacitó en que su engañifa va a caer por su propio peso, pues en los datos oficiales de medición a su mal gobierno, se demuestra que de 51 millones 900 mil mexicanos pobres que había en 2018, pasaron a 55 millones 700 mil para 2020.

Y que en el rubro de pobreza extrema, en el arranque del mandato de este falso redentor, había 8 millones 700 mil mexicanos y ya en el 2020, esa cifra creció en más de dos millones de personas.

Como es costumbre hablar con mentiras o falacias, se atrevió a tomar como incautos, feligreses descerebrados o frágiles mentales, a los interlocutores que escucharon la exposición en el foro del Consejo de Seguridad de la ONU y quiso elevar a nivel mundial, la farsa llamada cuarta transformación cuyos resultados son un absoluto y evidente fracaso en esos dos rubros como son: combate a la pobreza y disminución de índices de inseguridad como se presentan en México.

Con el cinismo de alguien que sabe está mintiendo por quedar bien, López Obrador no señaló tampoco las mediciones que se tienen en el país que lleva al cadalso, donde el ingreso total per cápita cayó un 6.9 por ciento, y que en el ingreso referido al trabajo remunerado, disminuyó 10.3 por ciento al 2020.

Pero lo más canalla, usando sus propias expresiones populistas, el de Macuspana evitó decir que sus programas sociales gubernamentales que presumen millonarias transferencias de recursos para la población desprotegida, no han compensado lo suficiente.

Esto porque de acuerdo al informe de la Coneval, el ingreso proveniente de programas sociales gubernamentales disminuyó en la franja de los más pobres, al pasar de 22.4 a 14.8 por ciento del total. Pero aumentó en el resto, incluyendo los más ricos.

El populismo que propone al mundo López Obrador es tan insostenible en resultados que por algo no dijo que entre 2018 y 2020, el Coneval reportó a 19 entidades como las que presentaron un aumento en el porcentaje de la población en situación de pobreza.

Y de las entidades con mayores incrementos están Quintana Roo, de 30.2 a 47.5 por ciento, y Baja California Sur, de 18.6 a 27.6 por ciento, donde curiosamente hoy gobierna Morena.

Todo esto mientras que en Michoacán los niveles de pobreza se habían mantenido estables hasta la pasada administración, por cierto hoy satanizada y leña a arder en la pira mediática, todo antes que decir que en tan sólo mes y una semana que lleva de mandato el mal llamado “gobierno de la trasformación” se acumulen más de 300 narco ejecuciones y la cifra aumente día con día, ante la complicidad siniestra de las autoridades del Estado y Federación, empecinadas en vender actos circenses como el anuncio de no usar más Casa de Gobierno como residencia oficial o los ataques por presuntos actos de latrocinio que en vez de integrar carpetas de investigación formales, se lanzan a la jauría babeante como distractor de lo toral.

Así entre mentiras de López Obrador, de la incapacidad para gobernar de su pupilo Alfredo Ramírez Bedolla, y los baños de sangre por complicidad oficial de ambos niveles, Michoacán es hoy un estado donde la muerte tiene permiso… ¡y por cierto, lo aprovecha como nunca!

Vale…