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López Obrador viola la Constitución para consolidar su tiranía

Jorge Hidalgo Lugo

Una nueva provocación contra la estabilidad política del país lanzó desde Palacio Nacional y al parecer va fraguando su perversa intención
Violentar de manera flagrante la Constitución a través del redil de ovejas que tiene aún en el Poder Legislativo, para medir por igual la reacción que tendrían los encargados de vigilar la “debida” aplicación de las leyes en este país, le salió a la perfección.

Salvo los ajenos al Poder Judicial, sus integrantes han callado sumisos y se frotan las manos al ser beneficiados con este nuevo lance de la dictadura de ocurrencias que aspira, ahora sí con el respaldo de jueces y magistrados, convertirse en una dictadura perfecta.
Medir si los miembros de la judicatura y demás niveles callarían por conveniencia y defender así sus personales intereses, aún a sabiendas del atropello que significa prolongar la permanencia de varios miembros del Supremos Tribunal de Justica de la Nación, no es tema menor.

Pasarse por el arco de la entrepierna del cascorvo de Macuspana la ley suprema, es el primer paso para doblegar en el corto plazo lo que queda de un país de instituciones.
López Obrador jugó con perversidad, como acostumbra, puso a prueba la ambición de los involucrados y se salió con la suya.
Ahora lo que sigue será más fácil, tejerá con paciencia su destructora ambición y tendrá en un puño no sólo a sus mascotas, floreros y feligreses convenencieros e ignorantes, sino también a sus nuevas marionetas.

Someterá a sus obsesivos delirios de tirano a todo aquél que se cruce en su camino y llenará las cárceles de disidentes con delitos fabricados y persecución política disfrazada de transgresiones legales inventadas o sacadas de las catacumbas de su mente retorcida y enferma, contaminada con el veneno del revanchismo.
Un paso gigante para lograr que México sea la Venezuela de América del norte se ha dado con este lance, donde el magistrado Arturo Fernando Zaldívar Lelo de Larrea, será cómplice y actor fundamental.

La prolongación que contraviene el precepto constitucional obligaba que Arturo Zaldívar demostrara dignidad y diera un paso de costado, con una disculpa que confirmara su patriotismo, pero sobre todo, privilegiara su estatus de hombre justo, fiel observante de nuestras leyes.

En cambio ha guardado silencio, cómplice voluntario o no de la vejación orquestada desde Palacio Nacional y apoyada por los bastardos sin gloria que cobran como senadores de Morena y sus aliados.
De prosperar esta arbitrariedad, pisotear así la Constitución como es el estilo del absolutista, entonces todo estará perdido y a capricho de Palacio Nacional se aplicarán las leyes.

Pensar en que prospere una controversia constitucional a cargo de los beneficiarios de este abuso presidencial sería tanto como creer que el violador de Guerrero por haber prometido votos de castidad, ya nada más se conformará con toqueteos a sus próximas víctimas pero sin tirarse a matar con el estoque que suele lucir en su calidad de macho aldeano e irrefrenable.
Con el control absoluto del Legislativo y del Judicial, el tirano puede entonces hacer lo que le venga en gana con el país y sus aterrorizados habitantes. Sin freno alguno, el poder omnímodo dirá qué sigue y con quién de sus enemigos reales o imaginarios, comienza la cacería de brujas.

Y sobre todo, no habrá modo que en tribunales prospere ningún juicio en su contra o de sus preferidos y esto incluye la elección que está en puerta.
Lo que sucederá en unas horas más, será sin duda una muestra del terror que ya impera en los encargados de sancionar los casos en que están involucrados el “compayito” presidencial Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón Orozco, a quienes en primera instancia, la Sala Superior les reconoció la calidad de infractores, pero habrán de atenuar el castigo para no despertar la ira del opresor.

Aunado a ello, hará que prospere el “juicio político” que se ha inventado para perseguir y cortar las cabezas de los consejeros del Instituto Nacional Electoral que han actuado con apego a la ley, la misma ley que hoy combate y destruye, para tener por igual, un árbitro electoral a modo donde consolidar sus perversas intenciones.
Así las cosas, la única alternativa que tienen esos millones de mexicanos que suman por fortuna, más que los traidores y apátridas que siguen fielmente al tirano, es salir a votar masivamente contra su proyecto y que están plenamente identificados con eso que conocemos como la deformación de cuarta.

Voto masivo, limpio, inobjetable que impida la judicialización de los comicios a donde pretenderá llevar si el margen de derrota de Morena y sus aliados es reducido, para ganar en la mesa con el fallo a su favor de jueces y magistrados que desde hoy comen de su mano.

El México de libertades, está en riesgo y lo peor es que los mezquinos dirigentes nacionales de la oposición le siguen el juego, ya sea por miedo, por complicidad siniestra o simple valemadrismo, lo que en cualquiera de los casos es igual de condenable.
Nada más, pero nada menos…

Vale…