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Un periodista de Periódico Central ingresó a los terrenos de lo que podría ser una de las más grandes despachadoras de Gas LP robado. Es un negocio que salpica dinero por todos lados. Y es un negocio a la vista de todos: unas 500 unidades se despachan en esa zona con el combustible que se roba a Pemex.

En los últimos dos años, Puebla se ubicó en el primer lugar nacional con más tomas clandestinas de Gas LP: en 2016 se registraron 53 casos; en 2017 ya eran 61…

Puebla, Puebla, 20 de noviembre (PeriódicoCentral/SinEmbargo).– A las 9:00 de la noche en Xonacatepec, una de las juntas auxiliares de Puebla, inicia el comercio ilegal y clandestino de Gas LP. Cientos de unidades de transporte público llegan a través del bulevar principal para llenar sus tanques con la oferta de 6.50 pesos el litro, 4.50 pesos menos que su precio comercial más alto. Rutas de todas partes del estado llegan y eligen a alguno de los proveedores que se hospedan con sus pipas en terrenos baldíos, en estacionamientos de casas o en zonas despobladas.

La operación es al descubierto. Podría ser una de las zonas más grandes de México en donde se comercia con gas LP robado de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex). Las calles están plagadas de niños y jóvenes que trabajan como halconescomo se identifica a los que hacen labores de vigilancia para el crimen organizado. Beben cerveza mientras sus motocicletas están estacionadas, a la espera de cualquier indicación. Si ven a alguien ajeno a la comunidad, lo reportan; nadie puede entrar en autos particulares “extraños”, mucho menos tomar fotos o videos.

Todas las noches ingresan uno por uno más de 500 autobuses y vans de diferentes zonas de Puebla, hasta del estado vecino de Tlaxcala. Se dirigen con su proveedor de confianza, uno de los 20 que se encargan de la comercialización.

Al llegar al punto de abastecimiento, más niños están pendientes de algún operativo. Mientras todo siga en calma dirigen el tránsito para agilizar la carga de combustible. El operador sigue sus indicaciones. Entra al terreno donde está una pipa de Gas LP, se estaciona y apaga el autobús. Cinco personas operan el servicio. Con total naturalidad, uno de ellos jala la manguera y la conecta al vehículo.

En ocho minutos el tanque está lleno. Alguien más se acerca a cobrar y otros suben a la unidad, como si se tratara de una medida de seguridad.

Menos de 15 minutos tardan los choferes en entrar a Xonacatepec, cargar sus unidades y retirarse. Así, todos los días, decenas de unidades de las rutas Bulevar CU, los Rápidos de San Antonio, la 44 Verde, las rutas 27, 55, 3, 41 y 52, van y vienen sobre el puente, el acceso principal.

También se pueden ver unidades de Flecha Azul y la S19, que conectan a Puebla con municipios de Tlaxcala.

Fuente:https://www.sinembargo.mx/20-11-2018/3500478