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En abril de 1994 escribí un artículo que titulé “Choque de trenes”, por el riesgo que se tenía de que en una elección presidencial muy pareja se diese un choque entre los 2 candidatos punteros si el perdedor no aceptase el resultado y se diera un enfrentamiento político que desestabilizase el país. Como consecuencia de ese artículo se creó desde la sociedad civil el “grupo San ángel” para abrir un espacio de diálogo y concertación entre la oposición y el gobierno para evitar una crisis poselectoral y política.

Hoy la situación es mucho más compleja, día a día se esta deteriorando el ambiente político y no hay nadie que busque como prioridad el diálogo para resolver los problemas que enfrentamos. Lo que hemos vivido en los últimos 15 días pueden ser solo el preámbulo de un enfrentamiento político que no tiene precedente en los últimos años.

El conflicto en Chihuahua por el agua, el enfrentamiento con la guardia nacional, la toma violenta de la comisión de derechos humanos por grupos feministas, el plantón de FRENA en av. Juárez, la cerrazón para impedirles llegar al zócalo de la ciudad, la propuesta de consulta para enjuiciar a los expresidentes y el enfrentamiento con periodistas e intelectuales, se da en un clima de alta delincuencia y violencia, enfrentando la peor crisis de salud, económica, desempleo y pobreza que hayamos vivido, al inicio del proceso para las elecciones del próximo año y en medio de un enfrentamiento abierto entre el gobierno federal y los gobernadores.

Todo esto está provocando que las posiciones se radicalicen y el enfrentamiento verbal suba de tono. Nunca habíamos tenido un presidente que fomentara el enfrentamiento como lo hace López Obrador y nunca habíamos tenido al segundo año de gobierno un país tan dividido entre los que lo apoyan y los que lo rechazan.

La respuesta del presidente a un reportero de que le daba mucho gusto de que el país y las familias se estuvieran dividiendo por cuestiones políticas, no puede ser nunca la respuesta de un jefe de estado que debe tener como misión principal unir al país y evitar el choque y la violencia entre la gente.

Nunca habíamos tenido por otro lado una sociedad civil tan organizada y decidida a enfrentar al gobierno y al presidente como la tenemos actualmente. Hasta hace unas semanas López Obrador podía decir lo que quisiera sin tener respuestas, en las últimas semanas el clima sea enrarecido en parte porque la gente a la que el presidente atacaba impunemente ya se cansó y decidió enfrentársele.

El presidente se equivoca en pensar que todos los que lo critican quieren regresar al pasado, las medidas que ha tomado contra la corrupción y el dispendio siguen teniendo el apoyo de la mayor parte de la población, así como sus programas sociales, lo que rechaza más de la mitad de la gente es el discurso de confrontación y descalificación que hace el presidente todos los días en sus conferencias mañaneras.

Hasta ahora tenemos solo una guerra de declaraciones y desplegados, pero conforme se acerque el día de las elecciones esta confrontación puede convertirse en enfrentamientos violentos en diversas regiones del país.

Buscar culpables de la situación actual no sirve de nada, lo que deberíamos todos, empezando por el presidente López Obrador, es abrir una tregua y un espacio de diálogo y concertación, para evitar el choque.

fuente,  https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Evitar-un-choque-de-trenes-20200923-0054.html