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Jorge Hidalgo Lugo

Mientras que Morena se debate en un auténtico cochinero para lograr la renovación de su dirigencia nacional y el dueño de esta creatura repugnante se esmera en atacar sin pudor a todo aquél o aquello que le incomode, los “partidos opositores” al régimen asumen en el transcurrir de los días una actitud pasmosa, sumidos en una sospechosa opacidad y con tal desparpajo que todo hace suponer han entregado sus respectivas causas sin entrar a la lucha. Cedieron las armas a cambio de impunidad, pareciera ser su indigna decisión.

Por eso vemos a un desquiciado Andrés Manuel López Obrador sin moral ni recato alguno. Enfermo de poder, ambicioso y mordaz como nunca, hacer leña para alimentar su pira mediática de cuanta voz disidente se le atraviesa en su tiránico andar, consciente que el escenario nacional le favorece y nada podrá detener la dictadura perfecta que consolida.

De ahí su burla perturbada para desdeñar las masacres que tiñen de sangre un día sí y otro también, diferentes partes del país.

Le sienta bien su esquizofrénica actitud de agredir a medios de comunicación, periodistas, intelectuales. Vemos moverle a risa demente los movimientos sociales, rebeldías campesinas y reclamos de gobernantes, porque se sabe dueño absoluto de un país que se cae a pedazos por su falta de capacidad para gobernar.

Reprimir de forma indignante a los simpatizantes del frente que con lujo de valentía se han enfrentado al tirano quien pronto olvidó, de forma por demás indigna, que él fue precisamente un amo del desastre en su etapa de incendiario a sueldo y que se niega aceptar que haya quienes sigan ese ejemplo para inconformarse por los destrozos que hace de un país, hoy objeto de burla y escarnio internacional.

Nada detiene su atropellado andar porque no hay contra pesos y con lujo de prepotencia se embolsa miles de millones de pesos para comprar votos y complicidades que le den la “tranquilidad” necesaria para culminar este primer episodio sexenal enfrascado como está de convertir a México en la Venezuela del norte del continente.

Por eso es que la actitud de los dirigentes nacionales de partidos de “oposición” es poco menos que sospechosas, ante la complacencia asumida y la actitud cobarde, entreguista y de alta complicidad que tienen frente al autócrata a quien sólo de vez en cuando y como para tratar de tapar el ojo al macho, le lanzan una dentellada en los medios, pero hasta ahí.

Esta lectura la tienen mejor aprendida los “aliados” como el Partido del Trabajo o el resucitado Partido Encuentro Solidario (antes Social) que creen llegada la hora para reclamar espacios propios y entrar a la rebatinga por gubernaturas, diputaciones federales, locales, alcaldías y, sobre todo, imponer condiciones a Morena ante un eventual bloque opositor que cada vez se ve más lejano en el horizonte nacional.

Por eso no suena disparatado que los del nuevo PES le pongan las peras a peso a los del partido detractor, como en el caso de Guerrero donde se dicen renuentes a apostar por el dipsómano Félix Salgado Macedonio y mejor buscan convencer al ex guardameta nacional Jorge Campos, para que sea quien los represente en la boletas por la gubernatura.

Repetir así la fórmula que les rindió resultados en Morelos con Cuauhtémoc Blanco, donde por igual, el también ex futbolista ha sido renuente a inclinar la cabeza y obedecer ciegamente a López Obrador, lo que le ha ganado el desprecio y desatención marcada por parte del autócrata.

Y qué decir de Michoacán, donde el Partido del Trabajo se ha lanzado a la yugular del actual senador Cristóbal Arias Solís y a través de su operador electoral y diputado federal, Francisco Javier Huacuz Esquivel, con la venia del mandamás Reginaldo Sandoval, rechazan totalmente ir en alianza en ese proyecto en caso que el otrora “Cachorro” de Churumuco, lo encabece.

Bueno, si de insurrecciones se trata, de risa loca el lance del Partido Verde Ecologista en la tierra de los Cárdenas, donde hoy la familia Núñez de origen priista, apoderada de las siglas de esa membresía impresentable e impúdica que sabe venderse al mejor postor, asegura que no hará alianzas con nadie y transitara con candidatos propios.

Negocio redituable para quien tiene un pasado borrascoso como diputado federal, acusado de participar en los deleznables “moches” cuando eran peñistas declarado pero desde el bando verde ecologista, pues lo mismo coloca potenciales candidaturas entre empresarios que en ex defensores de derechos humanos y hasta en mujeres que logren cumplir eso sí, las expectativas económicas que acrecienten aún más, el millonario patrimonio de quien hasta hace menos de una década, era becario de su padrino político en el Ayuntamiento de Morelia y del patriarca de la familia Núñez, quien por cierto goza de una desahogada posición económica gracias a su pasado priista.

Y como dicen que cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta, en Acción Nacional no cantan mal las rancheras y el que se dice “dirigente estatal” se echa a retozar, en complicidad siniestra con sus “adversarios” pues sin el respaldo aparente de Marko Cortés Mendoza, lanzó la versión de no ir en ningún bloque opositor donde figure el PRI y hasta se dio el lujo de amenazar abiertamente al PRD, de no resolver a la brevedad o de plano se levanta de la mesa.

El también diputado local, Oscar Escobar quien se ha caracterizado más por su profunda preocupación de ventilar en redes sociales su romance, el enamoramiento apasionado que vive como si fuera protagonista de revistas del corazón, en vez de trabajar a favor del panismo michoacano, lo que se refleja en todas las encuestas donde ese partido figura rezagado en las preferencias.

Pero con todo ello, el jefe del panismo michoacano se presta a hacer el caldo gordo a los que sienten llegado el momento de engañar otra vez al electorado como en el 2018 cuando ofertaron ser “la esperanza de México” y sorprendieron la buena de fe de millones que se creyeron que juntos, iban realmente a “hacer historia”.

Todo esto y más es posible advertir en un sistema de partidos que fenece y allana el camino a los más grandes depredadores que con todo el desastre provocado en apenas dos años, viven en un pleito intestino de tal magnitud, donde lo único que evidencian es la ambición por encabezar un movimiento convertido en un barril sin fondo, pues las prerrogativas que manejan en total opacidad, permiten que al menos 300 millones de pesos se esfumen sin que hasta el momento la imputada, Yeidckol Polevnsky, aclare el destino que dio al recurso que supuestamente iba a emplear en construir sedes partidistas.

Bueno, llega a tal extremo el cinismo de quienes hoy lucen con orgullo el lema que reza: “Ladrón que roba a ladrón es de la cuarta transformación”, que la misma Polevnsky sea electa dirigente nacional en caso de ganar la carrera a Mario Delgado, cuyos antecedentes en el PRD son patibularios y le darían un severo golpe a su hacedor y titiretero, Marcelo Ebrard quien está apuntado en la pista sucesoria para terminado este sexenio del terror.

Pero lo fundamental es que López Obrador puede seguir en su tarea destructiva y ver complacido cómo se despedazan sus principales mascotas en la guerra intestina que sostienen, desde el confort que le dan los líderes nacional de los partidos “opositores” quienes son triste ficción y todo hace indicar, ya recibieron y están conformes con las migajas que les arrojó el opresor desde el balcón principal de Palacio Nacional.

Vale…