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Reportajes Especiales     NOTA DE PASAJERO 7

Más allá de un debate político-social sobre la determinación de la tarifa, el incremento de los combustibles amenaza de manera directa la sustentabilidad de la prestación del servicio de transporte público en varias ciudades.

Que la gasolina subiría a partir del 1 de enero de 2017 en un 20%, fue una de las noticias con las que el Gobierno Federal sorprendió a la población el pasado mes de diciembre.

De este modo los incrementos de las gasolinas fueron de 14.2% en el precio de la Magna; 20.1% para la Premium y 16.5% para el diésel, con respecto a lo registrado en el mes de diciembre de 2016. Sin embargo estos porcentajes no serán fijos, pues a partir del mes de febrero los costos pueden variar por día. “Los precios máximos ahora se ajustarán con una mayor frecuencia comparada con lo que se hizo en 2016. Se comenzará con un sólo precio máximo durante enero y hasta el 3 de febrero de 2017. Al cierre de la edición el Gobierno Federal analizaba la posibilidad de suspender el gasolinazo previsto para este mes de septiembre.

Aunque los precios máximos difieren entre las distintas regiones del país, en promedio los costos serán de 15.99 pesos para la gasolina Magna; 17.79 para gasolina Premium y 17.05 para el diésel. La diferencia entre una cantidad y otra obedece a la distancia de cada localidad, a las refinerías de Pemex o a los puntos de importación, así como a los diferentes tipos de infraestructura para el transporte y distribución del combustible.

El impacto que ha generado el alza en los energéticos

Para darse una idea del incremento que han tenido los combustibles en los últimos años, hay que recordar que al inicio de la actual administración, el precio de la gasolina tenía una cotización promedio de 10.81 pesos por litro; pero  a la fecha se ha generado un incremento acumulado de 29.32 por ciento.

Entre tanto el diésel, que se vendía a inicios del sexenio en 11.17 pesos,  con el último ajuste se colocó en 17.05 pesos en promedio. Cabe precisar que el tema no sólo ha afectado a quien posee un vehículo particular;  las consecuencias del incremento a los energéticos se han visto reflejadas en los bienes, productos y servicios necesarios en nuestra vida diaria.

En la cotidianeidad se comprueba  que  el Gas LP, alimentos de la canasta básica como el huevo, pollo, carne, el kilogramo de la tortilla, lácteos, así como frutas y verduras, se han visto impactados por el alza en los combustibles. Servicios como Uber, Cabify, transporte público, televisión por cable y las tarifas eléctricas registran importantes incrementos  en muchos casos, cuyos precios tienen un aumentos entre 10  y el 30%.

El sector transportista y las alzas en las tarifas

Al generarse diversas reacciones en la sociedad derivado de los incrementos en los energéticos, el sector del transporte se pronunció a través de sus diversas representaciones en el país, por un aumento a las tarifas en el transporte público.

La Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad que agrupa distintas instancias del transporte en el país; a través de su representante Jesús Padilla Zenteno, se pronunció por la urgencia de contar con un aumento en las tarifas para poder seguir dando el servicio.

Entrevistado para conocer su postura sobre la coyuntura en las gasolinas y el diésel, Padilla detalló que para el gremio del sector transportista es muy difícil e insostenible la situación, pues con una tarifa castigada como la que se tiene, es imposible generar un transporte de calidad y que ahora con el nuevo megagasolinazo y dieselazo el sector no podría modernizarse.

El aumento de tarifas en el transporte público es una medida impopular, una medida que no nos gusta pero si el transporte no tiene un precio competitivo o un subsidio no puede ser de calidad, dejemos entonces de aspirar a un transporte de calidad cuando la tarifa no permite prestar un servicio de esa manera”.

Al participar en el foro “El incremento de los combustibles y su impacto en el Transporte Público”, organizado por la Asociación Mexicana de Transporte, dijo que el sector es sensible ante lo que está pasando, “no queremos trasladarle a la población un problema que con razón o sin razón, parece que le explotó al presidente. Creemos que ha sido una medida muy mal implantada, mal informada y que al día de hoy está generando problemas graves por lo que ocasionará una espiral inflacionaria en todos los sentidos”.

El también presidente de la Coparmex en la Ciudad de México dijo que el tema tarifario está planeado desde el último trimestre del año pasado por las organizaciones de transporte quienes en promedio han solicitado 2 pesos, “estamos haciendo un esfuerzo, hemos tenido reuniones los líderes del transporte para poder hacer una propuesta única y no que cada quien llegue pidiendo aumento de 2, 3 ó 4 pesos porque eso no ayuda”. Esto al reconocer que los aumentos en las tarifas se han dado de en tiempo y modo distinto por entidad federativa.

Padilla reconoció la necesidad de trabajar en una propuesta documentada y técnica que permita decidir. El tema de la economía en nuestro país realmente está pegando en el transporte, aseveró, lo anterior al recordar que en otros años un vehículo de transporte público costaba 2 millones y ahora versa sobre 3. Dentro del Foro organizado en el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México, el líder transportista quien participó con otros especialistas, reconoció que ya hay pláticas con el Secretario de Movilidad en la Ciudad de México para llegar a acuerdos y con una propuesta única.

Dijo que el tema de los aumentos desde luego es impopular pero que con el ataque a la corrupción de manera frontal se hubiera evitado el gasolinazo.

Entre las conclusiones a las que se llegaron como parte de este encuentro que reunió a representantes del gremio del transporte, se dijo que si los gobiernos no apuestan a la modernización en las unidades, el sistema de transporte se puede ver colapsado, sino hay un ajuste tarifario, es muy difícil que los prestadores del servicio lo puedan seguir brindando, no al menos con unidades de calidad ni dando mantenimiento a las que operan.

Es una consecuencia lógica, entre menos margen de ganancia te quede, menos se invertirá en renovar unidades o brindarle mantenimiento mecánico o estético a las que ya operan, fue una de las reflexiones en la que varios de los ponentes coincidieron.

Otra de las líneas en la que coincidieron los especialistas que acudieron al foro, fue la de traer fondos internacionales o también conocidos como fondos verdes; no solamente hay que apostar por unidades modernas, hay que pensar en otras opciones que permitan ser amigables con el medio ambiente como la euro 5 ó 6, sin embargo para ello se requiere contar con una tarifa “digna” y con financiamientos que permitan acercarse a otras tecnologías.

En su intervención para hablar del impacto del precio de las gasolinas en el transporte, el Dr. Fausto Hernández Trillo del Centro de Investigación y Docencia Económica, explicó que el incremento en el precio los combustibles debió formar parte de una Reforma Fiscal para que la medida fuera “menos dolorosa”.

“El agua nos llegó al cuello, es un problema de muchísimos años. Las medidas pueden lucir desesperadas y había que hacerlas. El error es no haber introducido el incremento de las gasolinas en todo un paquete”. Eliminar el subsidio y liberar el precio de las gasolinas es correcto, pero no fue la manera de hacerlo, lo mismo pasa en otros países; por ejemplo en Europa te dicen qué es lo que se va hacer con el impuesto recaudado, aquí no pasa lo mismo, la gente no entiende a dónde se va ese dinero, por ello la molestia social.

Hay que recordar que la liberación del precio del combustible estaba planeada para el año 2018, sin embargo el especialista indicó que posiblemente y debido al proceso electoral se decidió adelantar, “el efecto se diluye después de 18 meses, introducirlo en 2018 lo haría que estuviera más fresco”.

A cuestión expresa si eliminar el IEPS ayudaría a hacer menos duro el incremento, Hernández Trillo indicó que dejaría en desventaja a programas esenciales que se cubren con el monto de estos impuestos; sin embargo considera que hubiera sido distinto si se hubiera informado exactamente en qué se utilizarían esos ingresos, “me hubiera gustado como parte de este anuncio, escuchar que un monto sería invertido para acciones concretas en transporte urbano”, señaló Fausto Hernández Trillo.

Durante su intervención Manuel Molano, Director General adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (IMCO), se expresó por la necesidad de reemplazar el transporte terrestre por unidades verdes y con otro tipo de combustibles, para ser más sensibles con el medio ambiente y por otro lado debido a la incertidumbre económica en la que vivirá nuestro país con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

El Ingeniero Arturo Moreno representante de la Asociación Mexicana de Transporte, dijo que el incremento en los energéticos no deja de ser un balde de agua fría y que desde el sector transportista se entiende la molestia de la ciudadanía, por lo que propuso  llegar a acuerdos con los gobiernos para obtener una tarifa 100% formal para poder ofrecer un servicio eficiente y de calidad.

Miguel Elizalde Lizárraga, Presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), quien también participó en el foro, pidió por parte del gobierno dar una certeza económica ya que para el año 2019 indicó, habrá un impacto en el precio de las unidades. El costo de compra tendrá que ver con el incremento del dólar y esto hará más difícil la modernización del transporte. “Hoy le reiteramos al gobierno que necesitamos modernizar el transporte público y facilitar la movilidad urbana”.