La lista de factores de riesgo que la Secretaría de Salud registra al ingresar pacientes por infección de Covid incluye diabetes, asma, hipertensión, obesidad, enfermedad renal crónica y tabaquismo. Estas comorbilidades tienen una clara incidencia en el desenlace de las infecciones, alrededor del 70% de los decesos por coronavirus presenta una enfermedad crónica como agravante. Sin embargo, las estadísticas internacionales identifican otro factor de riesgo importante en las muertes por el virus, la desigualdad social.
El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) describe los factores sociales que ponen en riesgo a las minorías raciales en su país y registra más del doble de fallecimientos entre miembros de estas comunidades que entre personas con situaciones estables. Entre las circunstancias que incrementan el riesgo de contagio y mortalidad, están el estado de vivienda, las condiciones laborales y el acceso a servicios sanitarios y de salud.
Los obstáculos residenciales que ponen en riesgo a las poblaciones desprotegidas son la falta de vivienda, la mayor densidad de personas en barrios y unidades habitacionales, la carencia de instalaciones sanitarias en comunidades rurales, la lejanía con respecto de los centros de salud, la necesidad de usar el transporte público y la sobrepoblación en cárceles y refugios.
Por otra parte, las personas de bajos recursos tienen mayor representación en algunos sectores del trabajo esencial como la industria alimentaria, industrial y agrícola. Además, su situación laboral tiende a ser precaria, sin permisos por enfermedad ni prestaciones de seguridad.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de su Instituto de Geografía, realizó un estudio estadístico que integra datos sobre condiciones socioeconómicas como las descritas por el CDC para mapear las zonas con mayor vulnerabilidad de contagios. El estudio de la UNAM tiene como objetivo ser una guía científica y fundamentada para las acciones de control epidemiológico.
Las magnitudes estadísticas que integran el índice de vulnerabilidad son densidad de población, porcentaje de población mayor a 60 años, porcentaje de hablantes de lenguas indígenas, accesibilidad a servicios de salud, porcentaje de marginación y porcentaje de población desocupada.
Los resultados del estudio iCovid -19 de la UNAM identifican las periferias de la zona metropolitana del Valle de México, de Monterrey y de Guadalajara como los territorios con mayor vulnerabilidad a la infección del virus. La herramienta representa un recurso predictivo sumamente valioso para las acciones gubernamentales, pero carece de capacidad retrospectiva para medir el impacto real del virus después de los contagios y decesos.
En México no existen suficientes estadísticas que asocien estos factores de riesgo sociales con las cifras oficiales de infectados y fallecidos por el virus. Los únicos criterios sociales usados para identificar a los pacientes vulnerables son el habla de alguna lengua indígena y la condición de migrante.
De los 324 mil casos confirmados de coronavirus, 3 mil hablan alguna lengua indígena, lo que corresponde al 1 %. De las 37 mil 500 defunciones por covid, el 1.6 % corresponde a casos que cumplen este criterio. En cuanto a los migrantes sus estadísticas corresponden con 0.3 % de los pacientes positivos y 0.1 % de las defunciones.
De acuerdo con la Oxfam, la inversión de los gobiernos para combatir el impacto desigual de la pandemia en las poblaciones marginales de sus países es insuficiente. Sin la información necesaria para encontrar a los sectores más afectados por la pandemia, resulta difícil establecer la eficacia de las políticas públicas para combatirla.
Fuente. https://www.infobae.com/america/mexico/2020/07/18/pobreza-y-marginacion-los-lastres-que-agravaron-el-impacto-del-covid-19-en-mexico/