Yo Campesino / Mortandad
•
Miguel A. Rocha Valencia
Una de las mayores fobias del ganso es contra los organismos independientes internacionales, en especial aquellos que critican sus políticas públicas y que, con datos duros, demuestran el fracaso criminal de la 4T.
Tal es el caso de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico la cual en su reciente informe “Panorama de la Salud, Indicadores 2023”, plantea que el gobierno de México gasta la cuarta parte del promedio que destinan los 38 países miembros en salud.
La institución, considerada el Club de los países ricos pues concentran sus miembros casi el 80 por ciento del PIB mundial, apunta que México registra la tasa más alta de mortalidad evitable (prevenible y tratable) de todos sus integrantes, ya que la tasa registrada fue de 665 por cada 100 mil habitantes, mientras que el promedio es de 237, lo cual da un exceso por arriba del 180 por ciento.
Esto es que, en materia de salud, sobre todo en previsión estamos reprobados. Pero que tal en tirar el dinero en proyectos de poca viabilidad como el trenecito y la refinería que no refina.
El hecho es que en México se muere tres veces más población por circunstancias que son prevenibles y tratables en salud. Eso explicaría por qué se registraron durante el período de la pandemia de SARS-CoV-2 arriba de 800 mil fallecimientos más de lo normal, incluyendo enfermedades crónico degenerativas no o mal atendidas.
Claro, los “otros datos”, los del ganso, indicarían que no es así, pero el caso es que el exceso de mortandad derivada de las políticas públicas ya sea por ahorros “anillo al dedo”, sobrefacturación, ocultamiento de información, mal manejo y mentiras institucionales, está registrada en el Inegi y en las instituciones internacionales, incluyendo la Organización Mundial de la Salud donde nos colocaron como una de las naciones con mayor tasa.
Ahora es la OCDE la que nos pone el dedo y nos coloca como el país de esa organización con las más altas tasas de fallecimientos que se pudieran evitar, amén de que el nivel de vida se redujo 2.3 años durante la actual administración.
Lo anterior evidencia el fracaso de las políticas de salud, donde se insiste en ocultar datos a grado tal que el INAI acaba de dictaminar que las autoridades deben revelar datos al respecto lo mismo que la violencia pediátrica denunciada en los hospitales públicos.
De hecho, la nueva contabilidad de desaparecidos ordenada por el tlatoani tiene como objeto reducir números y en eso andan, Guerrero es un ejemplo claro de ocultamiento de la verdad, aunque por el lado de los asesinatos, el mismo Sistema Nacional de Seguridad reconoce que a la fecha se han cometido 173 mil homicidios dolosos.
En este último caso también se considera que, con políticas públicas acertadas en materia de seguridad, podrían evitarse miles de asesinatos y desaparecidos, así como evitar que muchos mexicanos abandonen sus comunidades en busca de seguridad o mejores oportunidades.
Pero no las hay, seguimos con los “abrazos y no balazos” a pesar de las masacres cometidas contra civiles, soldados y policías, las cuales quedan impunes.
Y no habrá cambio como lo manifiesta el mensaje desde Badiraguato enviado por el caudillo de la 4T para quien valen más sus cuates de la cuna del narco que los muertos y desparecidos de Guerrero, donde deberíamos poner mucha atención pues la crisis apenas si la conocemos, es de grandes y graves dimensiones, pero claro al machuchón eso no le importa pues podría manchar su honor o eso que llama pomposamente “investidura presidencial”.
En tanto, los muertos seguirán acumulándose en la conciencia nacional, no sé si alguna vez se haga responsable a alguien de la masacre vivida por el país, pero ahí están los datos que ya no se olvidan.