PODER PÚBLICO
José Cruz Delgado
De nada servirán los llamados del presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar a actores políticos, para que dejen de politizar el tema de la seguridad, pues sus detractores están dispuestos a todo con tal de restarle bonos ante la sociedad moreliana, para sacar raja política, como es su costumbre, sobre todo los morenistas que siguen enojados porque les ganó la elección pasada, por eso los ataques constantes-casi diarios- contra el edil.
A esta campaña de denostación se ha unido el priista Guillermo Valencia Reyes, quien se dice presidente del PRI, que no lo es, porque no lo eligieron los priistas, fue Alejandro Moreno Cárdenas quien se los impuso.
Memo Valencia, mejor conocido como Caguamán o Lord Caguamas, le dedica mucho tiempo a Martínez Alcázar en críticas, pues está ávido de venganza porque también fue derrotado por el actual alcalde, de ahí los ataques.
Valencia Reyes ha sido acusado de hacerle el trabajo sucio a Morena, y lo dudan, porque es un traidor, incluso, ha dicho que mantiene buena relación con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, que no es malo, pero una cosa es la buena relación y otra el entreguemos.
Hay quienes tienen aspiraciones políticas por ello los ataques hacia el jefe de la comuna moreliana y su administración. El tema de la seguridad está siendo utilizado con fines electorales por personajes de muy mala reputación política como Memo Valencia y Juan Pablo Celis Silva, este último de Morena, no es que les interese tanto la seguridad, no, son poses hipócritas, demagógicas y perversas, meramente políticas.
El prepotente y soberbio dizque líder del priismo, sigue en pie de guerra contra el presidente del PRD, Octavio Ocampo Córdova, ¿será porque él sí fue electo por la militancia y no impuesto?
El perredista nada pierde con que Caguamán no lo reconozca como interlocutor, al final de cuentas las decisiones las toman los partidos a nivel nacional.
Amenazó con no tener ningún diálogo con Ocampo Córdova, y en dado caso Memo Valencia tampoco es válido porque no fue electo democráticamente, sino impuesto, así que tiene más calidad moral el líder perredista que él, pero bueno, ya lo conocen muchos, saben que es bravucón, y como dice el dicho popular: «perro que ladra no muerde».
Estoy seguro que a Octavio Ocampo no le quitan el sueño las declaraciones infantiloides de Caguamán.
Y si habla de unidad partidista, creo que en donde la hay es en el PRD y en los otros partidos, pero lo que es en el tricolor es un desmadre, pero como dice el otro refrán: «candil de la calle y oscuridad de tu casa».