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Yo Campesino

 

Miguel A. Rocha Valencia

Sin importar los tiempos marcados por la Ley, el ganso muestra su febril deseo por acabar con las resistencias democráticas de su régimen autocrático y es por ello que, sin importar la imposibilidad legal de ser aprobada, anuncia su retorcida reforma para acabar con el Poder Judicial, incluido el TEPJF donde germina la semilla de la discordia y desde luego, el Instituto Nacional Electoral.

Sabe que ese tipo de iniciativas no se pueden aprobar en tiempos electorales, que en todo caso el paquete se judicializaría o al menos en lo comicial, no se podrían aplicar en las votaciones de 2024 sino en las siguientes justas federales.

Pero en su feroz venganza por no lograr legalmente sus objetivos y ante el peligro de que quien le suceda no siga la línea destructora o colonización de instituciones trazada por él, al menos se dará el gusto de enviar las iniciativas para que la jerarquía del Poder Judicial sea elegida por voto popular o si es posible a través de encuestas.

Por el otro lado, no cejar en su intención de doblegar tanto al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación como al INE y no esperar a ser colonizados por sus incondicionales porque simplemente ya no le da el tiempo constitucional.

Sabe que deberá esperar a que pasen las elecciones del año próximo para contar con una mayoría calificada que hoy con el evidente rompimiento del bloque de contención podría conseguir mediante los votos de Movimiento Ciudadano a pesar de que sus dirigentes afirman que votarían en contra las iniciativas presidenciales, incluyendo lo de la Guardia Nacional sumada a la Secretaría de la Defensa Nacional.

Rompimiento que él mismo fraguó en complicidad del sometido Dante Delgado a quien aplastó y sometió hace meses sumándolo a sus filas de incondicionales, aunque en Movimiento Naranja hay quienes se resisten a ser un apéndice más de la chachalaca tabasqueña como el coordinador de los senadores naranjas, Clemente Castañeda o el mismo gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, quienes ven en Morena un real peligro para la democracia del país.

El caso es que el tlatoani va a insistir, de esa manera se desahoga, saca el nervio de la víscera ante la posibilidad no lograr la enchilada completa en las elecciones federales y mantiene en alto nivel su presencia en los medios ya sea por la discusión de las iniciativas, las voces que clamen inconstitucionalidades y hasta procesos judiciales en que, en caso de ser aprobadas por la mayoría, lleguen a la Suprema Corte para ser desechadas por ser notoriamente ilegales.

De esa manera mantiene la discusión, distrae la atención de la gente de los problemas reales e incluso siembra más decepción entre quienes ya de por sí no votan, porque es en la ausencia las urnas de ese segmento, especialmente jóvenes donde el machuchón tiene su esperanza de alcanzar el carro completo que le de la presidencia y la mayoría absoluta en el Congreso federal.

Tlatoani y consejeros ya estaban conformes con esperar resultados electorales, pero luego del montaje armado con el impresentable gobernador de Nuevo León que causó enfrentamiento entre los integrantes del bloque de contención, pues aprovecharán la coyuntura, aunque insistimos, legalmente no se puedan hacer ese tipo de reformas.

Con esto, se pretende en tiempos electorales que los votantes y quienes no acuden a las urnas de plano se decepcionen al ver las condiciones de un país que no ve el mesías tropical donde ya llegamos a 175 mil asesinatos, 47 mil desaparecidos y más de 350 mil muertos por falta de atención médica o fármacos para tratamientos.

Ese es el México que se pretende cubrir con el escándalo que armará el ganso con su insistente venganza contra las instituciones que dice sirven al conservadurismo y quiere que le sirvan a él.

Se trata entonces de desanimar, de desinformar, desviar la atención de aquello que es realmente importante y para ello cuenta con la complicidad de empresarios que no desean perder privilegios y ven la continuidad en la 4T donde son favorecidos en la clandestinidad de los contratos opacos, sin licitación, otorgados de manera directa y que en cinco años suman cerca de 500 mil millones de pesos a cambio de generar empleos mediocres, sumarse a la política de salarios altos pero que al final no son competitivos, no resuelven condiciones de precariedad y a cambio propician informalidad y pobreza laboral.

Un juego perverso donde se dan más pesos para comprar productos y servicios cada vez más caros, algo similar a los desvíos de dinero en servicios como la salud para darlos en efectivo a través de becas y pensiones que no alcanzan para comprar los medicamentos ni pagar a especialistas, por eso la mayor mortandad y caída en dos años en la expectativa de vida.

Va a insistir en algo que sabe no va a prosperar, pero si provocará enfrentamientos y divisiones en la oposición, especialmente en aquéllos que ya mostraron un rostro moreno que, inocultable, será el caballo de Troya para dividir y fragmenta a un bloque que nunca fue, mientras el país se desangra con matanzas todos los días con cientos de víctimas y el crimen “engorda” con miles de millones de pesos.