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Paola Franco/La Voz de Michoacán

Victor Manuel Aguilar/La Voz de Michoacán

“Te pagaban poco y te exigían mucho; ahora, te pagan mucho y te exigen poco… los tiempos han cambiado mucho en el futbol”, recuerda con añoranza, Antonio “La Tota” Carbajal, o el “Cinco Copas”, quien a sus 87 años de edad, aún se encuentra lúcido y lleno de vitalidad, pues desde que se retiró del mundo del futbol, a mediados de los 90’s, comenzó a trabajar a favor de jóvenes en situación de calle y eso es lo que lo ha mantenido con vida.

Don Antonio nos abrió las puertas de su hogar en la ciudad de León, Guanajuato, para charlar con La Voz de Michoacán, sobre su trayectoria en el balompié; es un referente obligado en la historia de Morelia, equipo al cual le duele ver en la situación en la cual se encuentra en la actualidad.

Entre sus charlas motivacionales a personas en situación vulnerable, además del trabajo que hace ya por mera distracción, en la vidriería que lleva su nombre, desde 1964, y el compartir con su extensa familia, ya que es padre de 9 hijos y ahora está rodeado de un sinfín de nietos y bisnietos, la “Tota” pasa su vida de una manera tranquila y sin prisas.

Él compartió algunos de sus recuerdos y vivencia con esta casa editorial, como el haber subastado la playera que le regaló el legendario jugador brasileño Pelé, para poder obtener recursos destinados para el centro de ayuda al cual pertenece.

¿Cómo ve el futbol en la actualidad?

-“Hay mucho extranjero y demasiado naturalizado, hay muchos mediocres, pero el jugador mexicano tiene la culpa, porque no alza la voz, no tienen peso y los que tiene esa capacidad de ser líderes, no les interesa, ellos a lo suyo y punto”.

En su época como técnico de Morelia, ¿cómo contrataban a los jugadores?

-“Era muy claro, porque Nicandro Ortiz me decía: tengo tanto dinero y a ver cómo le haces; entonces, con la señorita Glafira (secretaría de Morelia), nos poníamos a analizar de la cantidad que nos daban y lo platicábamos con el jugador, les decíamos: lo quieres o no. Cada año cambiamos de jugadores, porque no eran nuestros, eran prestados”.

¿Cuál fue la clave para estar casi once años como técnico del Morelia?

-“Estoy convencido de que cuando hay un directivo, llegas a buen término; cuando hay muchos, es donde empiezan los problemas, porque todo mundo quiere mandar. Entre Nicandro, Glafira y yo, arreglábamos las cosas”.

¿Por qué se da su salida del equipo?

-“Quizá ya la merecía, no estoy seguro, hubo muchos problemas, los jugadores más gallones de esa época, comenzaron a decir cosas. Generalmente, el futbolista es malagradecido, porque tú los ayudas, los haces, los aconsejas y a la hora de la hora, se te ponen en contra”.

¿Qué fue la de ‘Tota’ tras su retiro?

-“Cuando me retiré, yo ya estaba acostumbrado a dar platicas en las escuelas y en una ocasión me invitaron a entrenar a un equipo de 17 chamacos con problemas de drogadicción; fui y me gustó. Me toca a ir a varios municipios a dar estas pláticas, porque ya tenemos dos centros de ayuda, uno para adultos y mujeres, y otro más para niños y jóvenes”.

¿Le quedó a deber don Nicandro Ortiz?

-“Hubo situaciones incómodas, porque terminaba la temporada y te quedaban a deber, ibas al club y ya no había nadie; no todo es vida y dulzura. Ahora, todo es diferente, porque firmas un contrato, y antes no; se perdía Nicandro, que en paz descanse, y no aparecía”.

¿Cómo era su relación con Nicandro Ortiz?

-“Siempre lo admire, él me platicó su historia, fue muy pobre desde niño y llegó a ser el millonario número uno de Morelia; sin embargo, tuve mis problemas como ocurre en cualquier familia, porque eso fuimos en Morelia”.

¿Hay traiciones en cualquier vestidor?

-“Es complicado, porque un equipo se conforma de 25 o 26 jugadores, pero sólo pueden jugar 11, el resto se puede convertir en enemigo… dicen que así es el futbol, y no, así es la gente malagradecida”.

¿Hubo futbolistas que lo decepcionaron?

-“Sí, varios, pero me reservo los nombres, aunque uno de ellos vino a visitarme, a pedirme un consejo, porque iba a ser entrenador; le dije, mira es muy sencillo: te vas a encontrar a jugadores como tú te encontraste conmigo; se te ayudó y al final, tu sabes lo que pasó. Fue muy duro para él”.

¿Los promotores le han hecho daño al futbol mexicano?

-“Enorme, porque la mayoría son muy deshonestos, al igual que algunos directivos. A mí me llegaban y me decían, señor, éste es mi jugador, deme la mitad de lo que él cobra y la mitad es para usted, a ese grado te llegan”.

¿Cómo ve a Monarcas Morelia?

“Me duele lo que le pasa al Morelia, si no levanta, al rato dónde va a estar, y sí me da coraje por las personas que están al frente, porque buscan el beneficio personal, no el de la ciudad y claro que me molesta ver al equipo en los últimos lugares de la porcentual”.

¿Cómo se da su acercamiento con el futbol?

-“Yo jugaba en un equipo llanero, como el Oviedo, y a los 17 años me invitan a la Olimpiada de 1948, en Londres, y paradójicamente, ahí comencé mi carrera profesional y también la terminé en el último Mundial de Inglaterra, en 1966”.

-¿Por qué nunca emigró al futbol extranjero?

-“Porque estaba agradecido con mi país, ya que tuve la oportunidad de jugar con el Real Madrid; don Santiago Bernabéu fue el primero que me llamó. También pude jugar el Barcelona, con el Saint Etienne, de Francia, y con otros equipos. Muchos me juzgaron de tonto, de pendejo para arriba no me bajaban. No me arrepiento”.

¿De dónde viene el mote de la ‘Tota’?

-“Desde niño, mi mejor amigo, que en paz descanse, vivíamos en una vecindad gigante en la Ciudad de México, entonces, este amigo, el ‘Cantinflas’ Sánchez, empezaba a balbucear y no podía decir Toño, sino Tota, Tota, y desde entonces se me quedó”.

¿Compartió vestidor con el cantautor José Alfredo Jiménez?

-“Aquí, en ese sillón (donde yo estaba sentado), compuso Caminos de Guanajuato… (risas). Él era portero y desde niños nos conocimos en el equipo Oviedo, pero siempre, su fuerte, fue la música y se fue por ese camino”.

¿Qué significó ser por muchos años, el único jugador en disputar 5 Copas del Mundo?

-“Me dice que la perseverancia tiene premio; el querer ser alguien en la vida sin importar las raíces que tengas”.

¿Alguna vez perdió piso don Antonio Carbajal, durante su carrera?

-“No, creo que nunca, porque mis padres me enseñaron a ser sencillo y además, te debes a la gente; entonces, correspóndeles”.

¿Quién fue su jugador favorito?

-“Mexicanos, Horacio Casarín, Carlos Laviada; extranjeros, Isidro Lángara, un goleador maravilloso, y Carlos Septiens”.

¿Algún entrenador que lo marcó en su carrera?

-“A todos les gradezco, pero sí tengo que elegir uno, es Nacho Trelles, quien está por cumplir 101 años de edad”.

¿Qué hizo con su primer sueldo?

-“Los primero que gané con el futbol, lo invertí en un taxi que le compré a mi papá”.

¿Cuándo fue la última vez que fue a un estadio de futbol?

-“Desde que me retiré; quedé harto del futbol, aburrido de ese futbol”.

¿Cómo ha cambiado la Selección Nacional de ahora, a sus tiempos como seleccionado”.

-“Antes, para concentrarme, me hacía 12 horas para poder llegar la concentración; ahora, hasta se dan el lujo de no venir. Ahora son ídolos de barro, los que están afuera están en equipos de medio pelo”.

¿A quién le pidió un autógrafo?

-“A Pelé. Él me regaló una playera y me la firmó; después, la subasté porque necesitábamos dinero para los drogadictos y nos dieron buen dinero por ella”.

¿Por qué no le gustaba usar guantes cuando era portero?

-“Tuve un entrenador que me decía: Toño, con guantes no agarras ratón, entonces me acostumbré. Nunca me pude acomodar a ellos”.