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¿Vamos bien? ¿Viene lo mejor?

Francisco Rodríguez

Hace poco más de 14 años, cuando le faltaban escasos meses para entregar el poder a su sucesor, el entonces gobernador veracruzano Fidel Herrera Beltrán solía repetir en sus eventos públicos una frase que luego inspiró a los publicistas de la campaña de Javier Duarte de Ochoa: “¡Vamos bien y viene lo mejor!”.

Dos años después, en el 2012, durante una visita Washington con motivo del proceso electoral estadounidense, escribí aquí que Barack Obama debería pagarle regalías al veracruzano Herrera Beltrán por usar la misma frase como anuncio de lo que él esperaba alcanzar en su segundo cuatrienio como inquilino de la Casa Blanca.

Hoy cabe preguntarnos, ¿de verdad vamos bien como presumió durante todo su sexenio Andrés Manuel López Obrador?

¿Viene lo mejor con Claudia Sheinbaum como primera presidente mujer?

La primera pregunta tiene respuesta inmediata.

La segunda es una interrogante que solo con el tiempo quizá podamos contestar.

Por lo pronto, el saldo del ejercicio presidencial de AMLO está en números rojos, no obstante que se va gozando de una popularidad que, de acuerdo con la encuestadora Enkoll, alcanza los 80 puntos.

En el balance habrá que anotar que esa alta cifra obedece a lo poco que sí hizo bien y que, prácticamente, se circunscribe a lo macroeconómico y, claro, a la entrega de los llamados apoyos del Bienestar.

Y le fue bien en este renglón porque fueron manos expertas como las del finado Carlos Urzúa, Arturo Herrera, Rogelio Ramírez en la SHCP y de personajes como Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, en Banxico.

En esa parte positiva destaca el raquítico incremento en la inversión extranjera directa (IED) la cual pasó de $34 mil 101 millones de dólares en 2018 a $36mil 282 millones en 2023, un avance de apenas 6%, y el cual se vio impulsado por fenómenos como el nearshoring, principalmente durante el último par de años.

En el tema laboral, al gobierno de López Obrador también le fue más o menos bien, porque el número de afiliados al IMSS se incrementó 11.2% al pasar de 20 millones 79 mil 365 puestos en diciembre 2018 a 22 millones 331mil 788 puestos en julio de este año. Habría que hacer notar, empero, que cuando menos debieron haberse creado un millón y medio de fuentes de trabajo cada año.

Y lo anterior se vio reflejado en la tasa de informalidad que pasó de 56.7% en 2018 a 54.5% en julio 2024. Una reducción prácticamente insignificante.

Salario, remesas y ¡deuda!

Plausible, eso sí, el repunte del salario mínimo, que pasó de $88.40 pesos en 2018 a $248.93 en 2024, un aumento de 182 por ciento.

Esto, a su vez, también contribuyó a que la población en situación de pobreza disminuyera al pasar 41.9% en 2018 a 36.3% en 2022, según el último dato disponible de la Coneval.

Otras de las variables que tuvieron un alza relevante, de 32%, fueron las exportaciones, que sumaron $450 mil 713 millones de dólares en 2018 y pasaron a $593 mil 12 millones de dólares en 2023.

La recaudación tributaria pasó de $2 billones 6 mil millones de pesos en 2018 a $3.34 billones de pesos en julio de 2024, un aumento de 62 por ciento.

Y aunque AMLO las presume como si fuesen un acierto de su administración, las remesas crecieron de $34 mil 435 millones de dólares en 2018, pasaron a $63 mil 319 millones de dólares en 2023, un aumento de 83 por ciento.

Las cuatro variables en las que hubo saldo negativo fueron: el Producto Interno Bruto (PIB) que paso de 2.2% en 2018 a 1.5%, según las estimaciones que se tienen para el cierre de 2024, la inflación que pasó de 4.83% en 2018 a 4.99% en agosto de 2024 y la tasa de interés que pasó de 8.25% en 2018 a 10.50% el 26 de septiembre de 2024.

La cuarta es la más riesgosa para el siguiente periodo presidencial: La deuda neta del gobierno federal se ubicó en 13 billones 987 mil 877.8 millones de pesos en junio de 2024. El sexenio terminará con un aumento récord de deuda de 6.6 billones de pesos, dejando a Claudia Sheinbaum finanzas públicas en riesgo, según analistas.