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Los datos son otros, la deserción escolar no es por el transporte.

 

Es lamentable que la Secretaría de Movilidad, representada por Gladys Butanda, continúe difundiendo información errónea y engañosa para convencer a la sociedad de los supuestos beneficios del teleférico o cablebús. asi lo comento José Trinidad Martínez Pasalagua presidente de la Comisión Reguladora del Transporte de Michoacán (CRT) quien dijo, este proyecto no solo está lejos de ser una solución viable para los problemas de movilidad y deserción escolar que mencionan, sino que ha sido una causa directa de perjuicio a los colonos y transportistas concesionados, a quienes este gobierno sigue pisoteando sin ofrecerles certidumbre jurídica ni alternativas reales para mejorar su situación económica.

 

En primer lugar, es importante aclarar que, hasta la fecha, no se han presentado los estudios de impacto ambiental que exige la ley para un proyecto de esta magnitud. Mientras se presume que el teleférico es un medio de transporte «ecológico», la realidad es que se han talado árboles indiscriminadamente por donde pasa la ruta proyectada, afectando el medio ambiente de manera irreversible. En Uruapan, muchos colonos viven con tristeza al ver cómo sus casas y calles han sido destruidas por la construcción de las bases de las torres del teleférico, sin que se les haya consultado adecuadamente ni se les haya ofrecido compensación justa.

 

En cuanto a los transportistas concesionados, quienes durante décadas han sido el sustento de la movilidad en la región, este proyecto les representa una amenaza económica directa. La falta de diálogo y transparencia con el sector transportista es evidente, y en lugar de mejorar el sistema de transporte público existente, el gobierno promueve un proyecto costoso e innecesario, cuyo único fin parece ser enriquecer a unos cuantos, a costa del bienestar de la sociedad.

 

Respecto a los datos presentados sobre la deserción escolar, es necesario precisar que la deserción nunca ha sido catalogada, según el INEGI, como un problema provocado principalmente por el costo del transporte. Los motivos reales son de índole económica, falta de interés, problemas familiares, condiciones de salud, y el factor más alarmante: la inseguridad. La violencia, y en particular los homicidios que dejan a muchos niños en la orfandad, es uno de los factores principales que impide a miles de jóvenes continuar sus estudios. Estos huérfanos, sin recursos ni apoyo adecuado, se ven obligados a abandonar la escuela. Por lo tanto, resulta engañoso culpar exclusivamente al costo del transporte de la deserción escolar, cuando las verdaderas causas son mucho más profundas.

Adicionalmente, el proyecto del teleférico no solucionará la deserción escolar ni mejorará la situación de las familias en Michoacán. Por el contrario, destruirá la fuente de inos de miles de familias que dependen al 100% del transporte concesionado, todo para alimentar el gran negocio del gobierno, que claramente prioriza intereses económicos sobre el bienestar de los ciudadanos.

 

Michoacán, bajo este gobierno, ha estado estancado en términos de desarrollo económico. No se ha incentivado la inversión que podría mejorar las oportunidades de empleo y, por lo tanto, los ingresos de las familias, lo que en última instancia permitiría que los estudiantes continúen su educación. Es irónico que ahora se pretenda justificar el uso de recursos públicos en un proyecto como el teleférico, bajo el pretexto de que ayudará a reducir la deserción escolar, cuando el verdadero problema es la falta de atención a las causas profundas de la desigualdad en nuestro estado.

 

En lugar de seguir promoviendo proyectos que solo benefician a unos cuantos, el gobierno debería centrar sus esfuerzos en garantizar un transporte público eficiente, seguro y accesible para todos, sin poner en riesgo a la sociedad  y a los sectores más vulnerables.