Andy S. K. Brown
¡Orejas para Claudia; rabo para Clara!
Qué oyeron los hackers de Sheinbaum
Dice Verastegui que no dura seis años
¡Qué gran faena de las dos gobernantas que despachan a la vera del Zócalo!
Ambas dieron buenos capotazos en el añejo debate en torno a la fiesta taurina.
Sin paseíllo, para no escuchar las rechiflas provenientes de las gradas de sombra cuyos ocupantes están a favor de que las corridas de toros sigan desarrollándose como hasta ahora, las matadoras tampoco oyeron los aplausos del lado de sol donde se ubican casi siempre sus fanáticos.
Ni Claudia ni Clara se ajustaron a los tres tiempos. No hubo picador en el ruedo, tampoco banderilleros.
Simplemente, tras los capotazos se lanzaron a matar la fiesta brava.
Sheinbaum afiló la espada y se lanzó sobre le fiera.
Brugada le dio la estocada final.
Lo raro es que en lo tendidos no hubo pañuelos blancos –de esos que se usan para sostener que se acabó la corrupción… en los demás, menos entre los prosélitos y en las familias– para pedir a la autoridad que las premiaran con orejas y rabo.
Aún así, las dos lo siguen reclamando.
* * *
A propósito de orejas:
Sonó el teléfono rojo en Palenque.
De inmediato fue contestado:
— Bueno, jefe, ya los entregué. Fueron 29 los que nos pidieron, pero ya ve usted como es la gente. Dicen que el 30 debió haber sido usted.
— Sí, sí, ya vi los memes en las redes. No necesitas decírmelo. Lo más importante, ¿crees que con eso ya se tranquilice mi amigo Donald?
— No sé, patrón. Ya ve usted como es cambiante… como ust…
— No me vayas a comparar, hija. ¡Eso sí que no te lo permito!
— Perdón, señor.
— ¿Sí aclararon que tú no tuviste nada qué ver con la entrega de los 29?
— Sí, claro. Como usted ordenó.
— Bueno, bueno. A ver si se lo tragan los conservadores, los fifís, nuestros opositores.
— Yo creo que sí, jefe. Le dije a Omarcito que hiciera énfasis en eso.
— Bueno, bueno. Te llamo después para ver como van las cosas. Me saludas a Andy, jejejeje.
— No se burle, patrón. Le llamo al rato.
— Sí, pero ya no uses tu celular. Te lo van a hackear. Usa el teléfono rojo que te dejé en el escritorio. Es la red presidencial.
— Okey, jefe. Así lo haré.
Los párrafos anteriores son parte de las grabaciones que el mismo grupo que hackeó a la Defensa Nacional –¿la CIA?, ¿Telcel?– obtuvo tras intervenir el celular de la señora Claudia Sheinbaum y que los servicios de inteligencia de La Espinita transcribieron para que esté enterado.
Servidos sean ustedes.
* * *
¿Y abajo a la derecha?
¡Aquí tenemos a Eduardo Verástegui, doctora!
¿Y qué dice el actor, productor, amigo del Orange Trump y fundador de un nuevo partido político?
No dice. Más bien publicó el sábado un post en X que le copio aquí, tal cual:
“Aquí entre tú y yo, no creo que la señora presidente termine el sexenio. Va muy mal y cada día lo hace peor. ¿Qué opinan?
Los leo.”
Rudo y duro. ¿Sólo para hacerse notar?
@AndySKBrown1