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José Cruz Delgado

Los cacaraqueados aumentos al salario mínimo por Andrés Manuel López Obrador y los morenistas se hicieron añicos por por la inflación y el alza a los productos básicos, no se mejoraron las condiciones de vida de las y los mexicanos como lo aseguró. Todos lo festejaron a sabiendas de que se trataba de vil demagogia económica.

Al subir salarios sucede la lógica aplicación de aumentos a los productos y servicios de quienes los pagan y es así que los aumentotes “históricos” de que presumen los cuatroteros, se ven reducidos a nada por la carestía, la cual golpea a quienes no tienen trabajo o viven en la economía informal, donde no hay ingreso seguro.

Según el INEGI, de los casi 60 millones de personas que conformamos la Población Económicamente Activa (INEGI), el 52 por ciento, es decir cerca de 31.2 millones de mexicanos en edad de producir, están en la informalidad, 1.8 millones, el tres por ciento está desempleado y el seis por ciento, 3.6 millones ya ni siquiera busca chamba y “vive” de las dádivas gubernamentales. Estos números corresponden a noviembre de 2022 y se actualizarán a finales de este mes.

Explica Miguel A. Rocha, que la mayoría de los mexicanos en edad productiva están sujetos a lo que “caiga” y junto con quienes tienen una plaza formal, ven cómo sus ingresos se devalúan ante una inflación general que llegó a 7.9 por ciento y a una subyacente que “históricamente” pasó del ocho por ciento.

Por ello es que los tales aumentos sólo sirven para llenar el pico del ganso, pero en realidad son parte de la espiral inflacionaria que obliga al Banco de México a restringir consumo mediante el encarecimiento del dinero.

En el análisis “Trabajo decente en México 2005-2022” elaborado por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) perteneciente al Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE), de la Universidad Panamericana, se establece que el 44.4 por ciento de las personas ocupadas en México, se encuentran en pobreza laboral, el nivel más alto de los últimos 17 años.

Esto es que, a pesar de los aumentos salariales, cada vez hay más personas a las que no les alcanza para adquirir la canasta básica, con todo y que el promedio salarial en la Ciudad de México oscile en los 519 pesos diarios.

El maestro analista y ex director del diario Unomasuno, señala que para 2018 con los salarios y aumentos neoliberales de “antes” el país tenía un 43.8 por ciento en pobreza laboral. Se decidió hacer los aumentotes ordenados por el tlatoani tabasqueño en 2019 y el porcentaje disminuyó a 43.1 por ciento y a 40.3 en 2020, pero en 2021 los precios se ajustaron y regresó a 42.7 y ya en 2022 se llegó al 44.4 por ciento, con lo que el número de pobres con empleo, aumentó.

Y es fácil hacer el cálculo; si los salarios aumentaron 20 por ciento, la escalada de precios ya le ganó, no sólo por factores como improductividad que propicia importaciones luego del abandono y despojo se incentivos al campo y la comercialización que se cambiaron por dádivas del sembrando vida sino también al natural aumento en las importaciones como maíz que para este año serán cinco millones de toneladas más, afirmó.

De ahí también que de acuerdo al Inegi el cual señala a la “cuesta de enero 2023 como la más complicada en varios años”. Y advierte que los más afectados son quienes perciben entre uno y tres salarios mínimos con el 8.94 por ciento, seguidos de los de tres a seis sueldos mínimos con 8.94 por ciento de afectados.

El mismo Coneval ajustó al alza en 11.05 por ciento el valor de la canasta básica que “es el incremento más alto de los últimos 23 años”, es decir poco más de tres por ciento por encima de la inflación general de 7.9. El año pasado el incremento fue del 11.86 por ciento. Con ello se amplió no sólo el número sino también la línea de pobreza.

Frente a carestía y encarecimiento del dinero, de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) la economía se “alenta” y el consumo disminuye ya sea porque como sucede con los pobres laborales, no alcanza lo que ganan para comprar canasta básica o porque los mexicanos la piensan más a la hora de comprar incluso a crédito pues hoy resulta más caro usar el dinero de plástico.

El pésimo manejo económico que lleva a cabo la administración del presidente López Obrador ha provocado que al menos 5 millones de personas se encuentren en pobreza alimentaria y que el salario de las familias alcance cada vez menos para llevar productos básicos, como el huevo, a sus casas, asegura la senadora Kenia López Rabadán.

Las malas decisiones en materia económica del Gobierno federal ocasionan que los que menos tienen menos puedan adquirir”, puntualizó López Rabadán.