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¿Qué presume?

• Deja ganso al país convertido en panteón, inseguro, sin vacunas y endeudado

Miguel A. Rocha Valencia

Habrá que reconocer que el hijo predilecto de Macuspana se esforzó por dejar al país en las peores condiciones posibles y heredar a su sucesora un paquete muy difícil de superar ya sea para bien o para mal.

Privaron en el actual sexenio las ocurrencias, ignorancia, las revanchas y el “yo mando porque tengo el poder” a tal nivel, que varios de los colaboradores que pudieron ayudar a que no alcanzáramos los niveles de deterioro actual, fueron desoídos, desacreditados públicamente y prefirieron irse antes que ser cómplices de la debacle.

Tan mal está el país en todos sentidos que aun con las mejores intenciones y talentos, la sucesora no podrá cumplir muchas de sus ofertas de campaña al menos no en los primeros tres años en lo que se endereza algo la nave y se tienen los recursos para afrontar las crisis, porque todo, hasta la presidencia cuesta dinero, como la que concluyó donde se gastaron billones de pesos para adquirir votos.

Por lo pronto, quien se debe ir en menos de 70 días a La Chingada, dejará un saldo trágico de 200 mil asesinatos pues al domingo, ya sumaba 193 mil en tanto que siguen sin aparecer vivos o muertos 51 mil mexicanos, más los de Ayotzinapa a quienes en mesías tropical no encontró en seis años, pero en cambio llegó a la “sabia” conclusión de que los militares no tuvieron ninguna culpa.

La inseguridad es un legado que huele a complicidades donde se involucra a autoridades de todos los niveles hasta aquél que se probó que recibió dinero “negro” ilícito para sostener tres campañas presidenciales y que están documentados no por chismes de narcotraficantes sino por videos donde familiares y colaboradores eran los recaudadores, amén de cuentas bancarias donde llegó dinero de difícil explicación o justificación.

Los hechos nos hablan de un país donde su población tiene miedo, muchos huyen y dejan sus comunidades y otros pagan derechos de piso, mueren en la resistencia o son incorporados como soldados del crimen o cuerdas de tráficos de humanos.

“Otros muertos” son los 800 mil de la pandemia, de los cuáles los expertos aseguran que al menos 300 mil se hubieran salvado con atención adecuada incluyendo la aplicación de vacunas mismas que llegaron tarde, a cuenta gotas y bajo un esquema tan opaco que aún hoy no se sabe cuánto se invirtió en ellas dado que los contratos para su adquisición fueron reservados por cinco años bajo el pretexto de seguridad nacional.

Bueno ahora que se prenden los focos ámbar ante el repunte de casos de Covid, no existe en el mercado vacuna alguna, ni siquiera la Patria que según la narrativa del machuchón es netamente mexicana, aunque hoy se sabe que se deriva de una investigación múltiple donde se involucra a la empresa Avimex que desarrolló la inmunización del Newcastle de los pollos.

Se habla que de los 973 millones de pesos gastados en esa vacuna que no hay, el gobierno puso 423 millones de pesos a través del Conacyt de la señora María Elena Álvarez Buylla que por cierto no da cuenta del gasto en los fallidos respiradores mecánicos que se le encargaron.

Y es que a pesar de que, en 2023 pasado, después de 750 días, es decir dos años, se anunció que ya estaba la vacuna desarrollada con la colaboración de al menos 15 universidades y dentro de investigación, y aprobada por Cofepris, la verdad es que no existe salvo en los protocolos aplicados tres mil voluntarios, cuyos nombres no se conocen como tampoco los tiempos y lugares de aplicación porque todo está guardado en el más absoluto secreto.

Bueno ni siquiera se ha presentado la Patria a organismos internacionales como tampoco la cubana Abdalá de la cual sabemos todavía menos en cuanto a su efectividad y cuánto se pagó por ella, en un rasgo de la opacidad que distinguió al “gobierno” del caudillo de Tepetitán.

Ojalá y no se enciendan los focos rojos porque el mesías ya se va formalmente pero aún puede dejar una herencia maldita mayor porque en sus dichos y hechos, pareciera que no se piensa ir sino imponer a una encargada de despacho y seguir mangoneando de manera directa a través de un gabinete y presidente legal a modo.

Y de la deuda que atará las manos de quien suceda al príncipe tabasqueño, ni hablar sólo diremos que compromete la inversión pública y con ello los 42 mil millones de dólares ofrecidos por la iniciativa privada, el cumplimiento de promesas de campaña, aunque no la estrategia de compra del agradecimiento popular.

Suma la deuda más de la mitad del PIB, son 16 billones de pesos por los cuáles se pagarán el próximo año más de 600 mil millones sólo de intereses más la parte del capital que no se cubra con los adelantos anunciados por el profeta de la 4T, y lo más interesante es que el 37 por ciento de esos adeudos son con Estados Unidos.

Hay más, pero ahí lo dejamos.