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DUBINA BECERRIL RODRIGUEZELE

Desde cero, el artista o el genio creativo comienza desde cero, escuchando las voces de su interior, apropiándose de la introspección, buscando sus notas, sus apuntes internos que le han de ganar la admiración del público y la reputación que ostentará más tarde.
Escribe sobre un cuaderno de aire, en el atril del viento, dibuja y pinta lo que llega a su mente, gesticula, gramatiza, ordena cada idea que le ayudará a dar el impacto necesario a los asistentes a su fastuoso espectáculo.
En esa sincronía del desorden, que le da esa especie de locura volátil que le envuelve: sistematiza, formúla y proporciona escenarios, coreografías, en fín, toda obra que se le aparezca en forma de ocurrencia.
La búsqueda eterna de originalidad, le da pie a improvisar, a elevar su propuesta y a convertirse en versátil.
Utilizar el cuerpo como objeto e instrumento de trabajo, para explorar las innumerables posibilidades de su visión creativa.
Sí, de cero, se parte para direcciones inimaginables, porque tampoco hemos de permanecer rígidos, ni en la petulancia de una firmeza establecida, vamos pues, a buscar sitios disímbolos para ubicar cada obra: en la calle, en las habitaciones privadas, que han de ser habilitadas y convertidas en escenarios para la voz y la actuación.
Porque tu discurso o mi discurso, habrán de trascender para modificarse mirando cara a cara al espectador.
En la inmediatez de la trascendencia del arte, a veces seremos: espectador, actor o productor.
Ahí las energías del espectador se combinarán con la fuerza y el talento del actor, hasta fusionarse con la viveza del productor.
La exaltación de la extravagancia dentro del arte, es eso precisamente: una búsqueda de energías que en el espectador dejen la impresión que será recordada como el vínculo que transforma la realidad ordinaria.
La pieza clave de toda esta cuestión, es la libertad creativa, que nos regala un festín inabarcable de emociones, tan supremamente adaptadas, que nos dejarán marcado, el subconsciente para quererlo repetir constantemente.
¡Viva la libertad creativa, de todos los artistas, que se han empeñado en continuar, por este camino!