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* México a punto de caer en una gran crisis financiera por ambición de 4T
Miguel A. Rocha Valencia
Parece que el hígado puede más que el conocimiento y que la lealtad al padrino se impone a la urgencia nacional y es por ello que “la reforma va” aunque el país entre en una crisis financiera de pronóstico reservado. Las señales son tan claras que sólo los cuatroteístas no lo ven cegados ven más allá de su culto a un ganso envenenado con sus propias heces de rencor y mesianismo.
NI siquiera escuchan a quienes aún tienen algo de conciencia o sapiencia al servicio de un país y no a un caudillo, como el propio Rogelio Ramírez de la O quien no va a llegar muy lejos en su confirmación como secretario de Hacienda y Crédito Público.
Y no va a llegar porque también para él, el crédito personal y la vergüenza profesional cuentan mucho. No se trata de dinero como dejan ver los miserables de la 4T como el mugroso disfrazado de presidente del Senado, sino de un prestigio internacional que está en riesgo y por más llamado que emite de manera directa y a través de la gente de más confianza de la titular del Ejecutivo, no es escuchado.
Tan delicada está la cosa que luego de los amagos de su renuncia por la invasión en sus áreas estratégicas por la gente del cártel de los López Beltrán, esta nueva llamada podría ser la definitiva pues si no se cumplen requisitos mínimos en materia de política financiera, el país se irá a un barranco sin fondo.
Y no es que se trate de una decisión personal sino del pulso que Ramírez de la O toma de los organismos internacionales y de los grupos financieros de otros países que bien sabe, están atentos a las conclusiones a que ha de llegar la mentada reforma al poder Judicial y sus consecuencias especialmente hacia la inversión, la generación de empleo y por ende, de ingresos a la Tesorería Federal vía impuestos.
Pero además en el clima de “negocios” se contempla no sólo la búsqueda de recursos fiscales e inversiones que apoyen los proyectos de gobierno sino también el gasto a realizar en sus diversas áreas como las mentadas elecciones de jueces, magistrados y ministros donde la presidenta y el mal oliente Gerardo Fernández Noroña ahora amenazan con no aceptar renuncias de Ministros para que no se vayan “cargados de dinero” en una acción y decir que refleja toda la hiel que les revienta en la boca contra el poder Judicial.
Uno de esos proyectos es la elección de jueces magistrados y ministros que debe organizar el INE de la morenista Guadalupe Tadeii y cuyas cuentas arrojan un presupuesto mínimo de 13 mil millones de pesos, más allá de las consecuencias políticas y económicas que de ello derivarán.
No hay dinero ni habrá y en términos financieros, la tal reforma de que se ufanan los delirantes jefes de las pandillas de morena en el Congreso encabezadas por el que decidió no ser nada a cambio de poder, Ricardo Monreal Ávila y Augusto López, tendrá un costo mucho mayor que el esperado por palacio Nacional.
Eso lo sabe el jefe de las finanzas públicas. Conoce el sentir de las centrales financieras del FMI y Banco Mundial, así como el pulso de las calificadoras internacionales donde todo está listo para convertir en basura los bonos de deuda de México y entonces sí, que Dios nos agarre confesados. Lo del “error de diciembre” de Ernesto Zedillo, será un cuento de hadas que se medio compuso con un salvavidas que nos arrojó William Clinton y la creación del Fobaproa.
Por eso quienes saben reconocen que en la misma cabeza del poder Judicial, es decir, la Suprema Corte de Justicia les están ofreciendo “salidas” jurídicas al galimatías en que metieron al país pero si por soberbia o fidelidad al ganso no toman una de las alternativas que les están dando, se les va a ir México donde todos vamos a perder, menos quienes hoy gozan del poder y simplemente radicalizan y bajo el pretexto de que 35 millones de votos son todo el pueblo.
Y si eso ocurre intentarán implantar de plano un régimen cuyo corte ya probó ser un fracaso histórico y que quienes lo crearon, hoy son multimillonarios mientras el pueblo y los pobres en los que se apoyaron siguen igual o peor.
Por lo pronto están pendientes los presupuestos donde habrá rebaja de más de 800 mil millones de pesos para disminuir el déficit fiscal del seis al 3.5 por ciento, además de asignar partidas a los programas clientelares remasterizados y ampliados así como a los nuevos segmentos y desde luego las elecciones de jueces, magistrados y ministros, mientras que de inversión pública será prácticamente nula sobre todo por el nuevo esquema de negocios que le van a crear a Pemex que está en su peor momento. De inversión privada, puras promesas.