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Parece que fue ayer, pero han pasado dos años y aún no hay definición jurídica ni mucho menos castigo para aquel que quebró, mutiló y dejó un hueco para siempre en el entorno de los familiares, por la muerte de la joven maestra moreliana, Jessica González Villaseñor.

Fue un 21 se septiembre del 2020 cuando el asesinato de Jessy conmociono a toda la sociedad y la agresión en su contra fue parte del inicio de una serie de movilizaciones locales y nacionales clamando justicia.

Ella quien acaba de graduarse como docente, desaparecido cuatro días antes, a su muerte recibió por lo menos 30 golpes, lo que origino que familiares y amigos se manifestaran varias veces en el primer cuadro de la ciudad para exigir justicia del acto deleznable que llevo a Diego Urik a ser detenido y encarcelado.

Diego el presunto feminicida, huyo luego del acto y de que fueron localizados los restos de Jessica en un predio de la zona boscosa sur de Morelia.

Sin embargo, el 30 de septiembre éste fue detenido.

Nos han pisoteado, el responsable sigue siendo protegido y mi hija se ha convertido solo en una capeta de investigación, dijo en su momento Verónica Villaseñor Madre de Jessica.

Apenas el juicio oral contra Diego inicio el pasado 13 de junio.