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Dos personas fallecidas a causa de un socavón formado en el kilómetro 93+600 de la autopista México-Cuernavaca del llamado Paso Exprés, fue el saldo del trágico accidente registrado la mañana del pasado 12 de julio.

En el suceso, Juan Mena López, de 56 años y su hijo Juan Mena Romero, de 36, murieron al caer a una profundidad de cinco metros en el automóvil Jetta en el que viajaban para dirigirse a sus actividades laborales.

Las aristas que ha tomado el caso al momento son muchas, desde corrupción en la elaboración de la obra, indiferencia de las autoridades ante los señalamientos de que posibles accidentes podrían tener lugar, hasta la inexistencia de un protocolo de acción rápida para atender a las víctimas; cabe recordar que las labores de rescate de las personas que quedaron bajo tierra y piedras tardaron aproximadamente 10 horas.

El Paso Exprés fue inaugurado por el Presidente Enrique Peña Nieto, y el gobernador de Morelos Graco Ramírez, el pasado 5 de abril, con una inversión pública de más de 2,213 millones de pesos, de acuerdo con los  datos oficiales del gobierno morelense emitidos en comunicado de prensa.

La obra consistió en la ampliación de 21 a 36 metros de ancho en 14.5 kilómetros, para albergar 10 carriles: cinco por sentido, de los cuales cuatro -de 3.5 metros de ancho cada uno- son confinados para trayectos de largo itinerario y seis carriles laterales de 3.2 metros de ancho para tránsito local.

A unos días de haberse conocido el lamentable accidente, diversos medios de comunicación han seguido el curso que ha tomado el acontecimiento y han citado la existencia de documentos que informaron previamente sobre percances menores que se registraron en las inmediaciones de la obra y sobre posibles afectaciones futuras.

Adicionalmente se ha dado a conocer que Protección Civil alertó desde inicios de junio, 35 irregularidades en la obra y que la Comisión de Derechos Humanos y el Alcalde de Cuernavaca habían advertido previamente del riesgo.

En entrevista concedida a diversos medios de información, el gobernador Ramírez, expresó que la inauguración fue prematura y que esto no hubiera ocurrido si la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) hubiera atendido a los llamados.

Desde un principio advertimos que el punto de la barranca no estaba terminado, que era necesaria una obra de alcantarilla, que se requería cambiar un tubo y nunca nos informaron. Hay que certificar que la empresa que está evaluando esta obra haga las cosas como deben ser y dar responsabilidad a la empresa Aldesa y a las autoridades de la SCT, del delegado en primer lugar, que es el representante con

nosotros”, dijo el gobernador.

Al momento sólo una persona ha sido cesada de sus funciones; la SCT anunció el pasado 13 de julio la destitución del delegado de esa dependencia en Morelos, José Luis Alarcón, por lo que se espera que las medidas para castigar a los responsables sean en su justa dimensión.

Caos vehicular y largas filas para tratar de librar el tramo en reparación pudieron apreciarse entre el 12 y 16 de julio. En ambas direcciones, Ciudad de México y Acapulco, letreros alertan del cierre del Paso Exprés por lo que exhortan a los automovilistas a tomar vías alternas; lo anterior fue observado por quien escribe este texto en el camino hacia Guerrero ese  fin de semana, donde se pudo constatar la interrupción del tramo en ambas sentidos.

Muchas gracias Enrique Peña Nieto por el Paso Exprés”, son algunas de las frases que se aprecian en espectaculares, usted juzgue.